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domingo, 16 de septiembre de 2012

Quizás sea el miedo. (Por Melga/Alex)


Quizás sea el miedo;  el miedo a comenzar una nueva vida, a comenzar a recordar a sonreír, el miedo a volver a querer, a sentir, y sobre todo a amar y darte a conocer.
Puede que sea el miedo, pero puede que no lo sea, podría ser  la falta de de oportunidades, la ausencia de química, el enamorarte por los ojos y dejar de un lado la belleza exterior, no enamorarte por un cuerpo, un escote, o un trasero, enamorarte por una sonrisa, por una cultura, por una personalidad, por unos ideales, sencillamente, por la persona.
Ponemos la escusa de que es el miedo lo que nos distancia de las oportunidades de conocer a alguien, de marcar en la vida de una persona, o de que alguien marque la nuestra, que llegue esa persona y comience tu inspiración, que notes en tu interior que ella será la chica con la que querrías pasar mucho tiempo, la persona con la que querrías enamorarte.
No hay miedo, es nuestra forma en defensa de protegernos, de acerrar nuestro corazón, no mostrarnos a los demás como somos realmente, no mostrando esa sonrisa que conquistó el corazón de alguien en algún momento.
En mi caso, quizás sea el miedo a todo esto, pero en realidad:

Sí que tengo miedo.

lunes, 4 de junio de 2012

La señal (Por Alex/Melga)

Para un día gris, el ambiente era veraniego, la gente usaba pantalones cortos, camiseta de tirantes, chanclas y vestimenta de verano para soportar mejor el bochorno, un calor sin sol, pero con agobio caluroso.
Cuando llegué ahí, con miles de dudas acerca del mismo tema y con la misma pregunta: "¿Qué hacer con...?"
Cada tema distinto, con protagonistas diferentes, variaciones en las historias, pero todas aquellas se les habían planteado una pregunta común, que hacer con nuestras vidas, hacia donde nos llevan y hacia donde dirigirlas, era el momento en cada historia que permanecía en mi cabeza, historias cercanas, propias y algunas exageradas en que no sabíamos que hacer, el siguiente movimiento sería el definitivo, el cara a cara con la oportunidad, el destino había pestañeado y era hora de mover ficha, de actuar, pero antes deberíamos reflexionar nuestras jugadas, estudiar el movimiento para no fallar con nuestra decisión.
Antes de pensar y analizar uno a uno los acontecimientos que me han llevado hasta aquel maravilloso lugar donde estoy pensando esto, en el lugar donde al aire libre escribo estos textos para despertar a la gente enamorada que se agobia por pequeños baches e idioteces en vez de tratar de ser felices el uno con el otro, gente que se enamoran de imposibles, gente que no sabe controlar sus impulsos y se hacen daño a sí mismos, gente que no sabe lo que quiere y palpan en zonas peligrosas, gente que tiende a la mala vida por sus instintos, gente que no está convencida en arriesgar y prefieren esperar y dejar pasar su oportunidad, gente que sigue enganchados con su pasado y gente con miedo a volverse a enamorar.
Con todas estas dudas y miedos que tiene la gente y yo me incluyo no haremos nada en la vida y no aprovecharemos ningún momento, tan sólo nos torturaremos con problemas, minucias, y agobios innecesarios.

Pensaremos que necesitamos una señal para dar el paso, una señal del destino, gritar al cielo y pensar que nos dará una respuesta, lo que el viento, el ambiente nos devolverá será silencio, esa es la respuesta del viento, de las olas del mar, la respuesta de la vida, y podremos esperar horas, días, semanas, y no obtendremos nada, porque pedimos respuestas que no necesitamos porque nosotros somos capaces de respondernos, sólo que somos demasiado perezosos como para querer averiguarlo, porque la señal que esperamos, sentados en un banco, en una piedra, esperando a que llueva, caiga algo del cielo, aparezca alguien o encuentres algo, no aparecerá porque las señales no existen y es que:
No hay mejor señal que la ausencia de ella.
Cuando no veamos nada ni pase nada, interpretemoslo como una señal, una señal para actuar y hacer algo al respecto, abramos los ojos de que la vida no es como queramos, pero hay que saber sonreír ante ella da igual la manera o la situación que lo haga debemos colorearla como nos dé la gana, sentirnos bien es el empachamiento de la felicidad(: