Bin Laden ha muerto por RAÚL

Para algunos es una gran noticia. Para otros es una gran desgracia ya que han perdido a su líder. Y para los que aman la vida, al igual que la pérdida de cualquier ser humano, es una maldición que se repite día tras día, hora tras hora, minuto tras minuto y segundo tras segundo, ya que continuamente se pierden almas en este mundo. Pero tenemos que plantearnos que significa para la humanidad la muerte de este señor árabe que sólo defendía los motivos por los que luchaba. Quizá la forma de hacerlo no fuera la mejor, puesto que si para Al-Qaeda estrellar dos aviones contra las torres gemelas del World Trace Center, provocar el derrumbamiento de éstas, hacer estallar una decena de bombas en los trenes de las estaciones madrileñas de Atocha, El Pozo y Santa Eugenia un 11 de marzo de 2004 y haber matado a más de 4000 personas en estos atentados, es ético, tenemos pruebas suficientes para decirles que se equivocan.
Para los musulmanes más radicales, como los grupos yihadistas, la pérdida de este señor es un lastre que tendrán que llevar, pues estaban en decadencia. Se sentirán humillados y buscarán venganza en occidente, por lo que se han encendido todas las alarmas.
Por otro lado, en países enemigos de Al-Qaeda, como es EEUU, tratan de subir todas las alertas al máximo nivel por las represalias que podría tomar este grupo islamista. Estos países hablan de "victoria" y avance hacia el final del terrorismo.
Y luego están aquellos que dicen que la muerte de Osama Bin Laden traerá consecuencias devastadoras para el mundo entero. Dicen y piensan que el odio no puede quitarse con más odio, sino que con amor, paciencia y conversaciones se consiguen logros muy importantes que nos llevan hacia un lugar en el que todos nos tratemos por igual, sin distinciones de género, raza y demás.
Y quizás esa sea la forma.
Pero para ello habrá que caminar mucho y duro.
Pero con acciones como la muerte de Bin Laden, dicen algunos, no se empieza ese recorrido.
Debemos educar a amar y nos devolverán el amor.